EJERCICIO 7 - CUESTA Trabajo
Desde que empecé mi ruta de navegación e investigación sobre los temas relacionados con la masculinidad, he podido apreciar la presión cultural que nos empuja a muchos hombres a ser los que desarrollemos un trabajo que permita sostener a nuestra familia SIEMPRE, independientemente de lo que nuestra pareja haga, sentimos la responsabilidad de trabajar, porque si no trabajamos, se pone en duda nuestra masculinidad.
Mi pregunta es:
¿la ponemos en duda nosotros mismos?
o
¿la ponen en duda los demás?
Mi intención hoy no es que te plantees si podrías dejar tu trabajo o no, ni siquiera que te plantees reducir tu jornada para asumir una parte importante de cuidados a otras personas.
Hoy se trata de darnos cuenta de que hay ciertas frases que nos pesan en el inconsciente, tales como “el trabajo dignifica”, “debes tener un buen trabajo”, “trabaja duro y conseguirás lo que sea”...
Y no pretendo cargarme ninguna de ellas, eres libre de elegir y llevar por bandera la que más te represente, está perfecto. Lo único que te planteo hoy son 2 cosas:
¿Qué respondes cuando alguien te pregunta quién eres?
¿Cuántas horas de tu vida vas a pasar trabajando de más?
(No hay respuestas correctas o incorrectas para ninguna de las dos)
Para la primera, es importante poner atención en que si has respondido con un título a la pregunta ¿quién eres?, te sugiero que te replantees si realmente eres quien dices que eres.
Ejemplo: “me llamo Germán, soy Pedagogo y Coach de Hombres”. Es muy fácil caer en la “trampa” de definirnos por lo que hacemos más que por lo que somos.
Imagina que la pregunta te la hiciera un niño o niña pequeña: ¿quién eres? seguramente la respuesta se quedaría en soy Germán (sin más explicaciones), porque sabemos que un niño o niña pequeña quizá no entendería las palabras “Pedagogo ni Coach”. Lo que seguro sí entendería es: soy Germán y me gusta escuchar y ayudar. ¿Ves la diferencia?
Es importante que nuestro trabajo no sea nuestra única identidad, porque si perdiéramos el trabajo, también perderíamos nuestra identidad.
Para la segunda pregunta, decirte que respondas lo que respondas está perfecto. ¿Recuerdas que el segundo ejercicio del workout consistía en saber cuántas horas le dedicabas a distintos aspectos de tu vida? Si pudieras recuperar ahora el número de horas que le dedicas al trabajo cada día sería estupendo para que pudieras hacer unos pequeños cálculos.
El año 2020 tuvo (en España) 253 días laborables, 12 días festivos, 52 sábados y 52 domingos. ¿Te atreves a calcular aproximadamente cuántas horas anuales trabajas?
Hoy el ejercicio no va tampoco de pensar cuántas horas le dedicamos a trabajos que no queremos hacer, sino a cuántas horas le dedicamos a nuestro trabajo fuera de nuestro “horario de trabajo”. Es decir, ¿cuánto tiempo le dedicas a tu trabajo de más? y esta pregunta se puede formular de otras tantas formas tipo…:
- ¿A qué le estás restando tiempo por seguir trabajando?
- ¿Qué dejas de hacer por continuar en tu lugar de trabajo?
Yo era de los que pensaba que cuanto más trabajara mejor se me valoraría, fui de esos que en algunas épocas me pegué tremendas maratones de trabajo (de un trabajo que “ni fu ni fa”), pero claro, como trabajar dignifica… pues ahí estaba yo, pensando que algún día pasaría algo mágico que jamás pasó.
Esas 2 son las preguntas realmente importantes que deberías tratar de responder hoy.
¿Y qué tendrá que ver todo esto con la masculinidad tradicional? Eso es lo que toca revisar, si tú también eres de los que siente una especie de orgullo al contar a los demás tus maratones de trabajo, si eres de los que se quejan de que los machacan a trabajar, si eres de esos que “no dejan para mañana lo que puedan hacer hoy” y nunca salen de trabajar o de esos que prefieren estar en el trabajo antes que en sus casas, debes saber que esta es una de las múltiples formas que tenemos de concebir lo hombres que somos: trabajando.
Y esto ni está bien ni está mal, es así, lo único que debemos hacer es reflexionar hasta qué punto es beneficioso o perjudicial para cada uno. Y sobran las excusas.
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Gracias por estar al otro lado.