EJERCICIO 10 - Sobre Mentir y Ocultar
Si algo he podido apreciar desde que activé el radar antipatriarcal, es que ondeamos la bandera de la mentira en nuestra actividad diaria, pero como es algo inconsciente o algo de lo que no nos enorgullecemos precisamente, la invisibilizamos. Me explico:
Hemos adquirido la costumbre de mentir y lo justificamos con palabras como “mentiras piadosas” o “no le quiero herir” y demás excusas que nos quitan la responsabilidad del mismo acto de mentir.
Como generalizar es poco preciso, voy a tratar de poner ejemplos que tengamos a mano y con los que nos podamos identificar de alguna u otra manera.
Uno de los escenarios en los que ejercemos la mentira de forma totalmente indiscriminada y directa, es con lxs más pequeñxs. Tratamos a lxs niñxs con una soberbia indescriptible, creemos que por ser mayores y tener más experiencia, somos conocedores y poseedores de LA VERDAD y con la excusa que nos parezca más adecuada en cada momento, les mentimos sin pestañear. Cabe decir en este punto, que ocultar información es otra forma de mentir.
Ejemplo: no contar algunas cosas que nos pasan con la excusa de “no quiero que lo pase mal”, es una forma de mentir, porque nuestres peques ven, oyen y sienten que hay algo que nos está pasando, pero que nos les contamos... la muerte de alguien cercano, un despido o una discusión importante con un familiar, son temas que decidimos no comunicar a los miembros más pequeños de la familia.
No digo que les tengamos que contar a pies juntillas por qué nos hemos discutido con nuestr@ mejor amig@, pero sí podemos decirles que estamos tristes porque hemos tenido una discusión con tal persona a la que tanto queremos.
Y este es el momento en el que paso de los niños a los adolescentes. ¿Recuerdas haber escuchado a los adultos de tu alrededor decir hay ropa tendida alguna vez? ¿Tuviste la sensación de que te ocultaban cosas? Esta es la forma en la que muchos crecimos…
Finalmente devenimos jóvenes, luego adultos y la cosa sigue igual. ¿Te has encontrado algún día con una frase tipo “lo que pasa es que tú no sabes todo lo que ha pasado” en tu entorno familiar? ¿De cuántas cosas te has enterado de mayor que pasaron mientras tú eras niño?
Pues de eso va el ejercicio de hoy. Te desafío a pasar 24 horas libre de mentiras. Comunícate con honestidad con las personas que te rodean y descubre la paz interior que proporciona…
El sistema patriarcal se nutre de la mentira, ha utilizado (y utiliza) la mentira como una de las herramientas clave para ejercer ese poder de sometimiento hacia los demás. Si te fijas bien, verás que la mentira forma parte de la sociedad en la que vivimos.
¿Tienes o has tenido la sensación de que te mentían en algunos momentos de tu vida?
Si poco a poco somos capaces de dejar las mentiras de todo tipo de lado, empezaremos a relacionarnos de forma auténtica y genuina. Este es el aprendizaje que te propongo, que compruebes cómo dejando tú de mentir, los demás también lo hacen.
Y no, los hombres no mentimos más que las mujeres, esa es otra gran mentira, pero mi trabajo consiste en que aprendamos que es a través de la mentira que mantenemos estructuras patriarcales. Las cosas como son.
Gracias por estar al otro lado.