EJERCICIO 21 - Responsabilidad, ecología y sostenibilidad

r21+ecologia+sostenibilidad+responsabilidad+masculinidad+german+sancho.jpg

El reto anterior fue difícil. Sé de buena mano que el sentimiento de pertenencia es mucho más potente que hacer aquello que creemos está mejor. Yo también he contado chistes machistas y me he reído con ellos, ni quiero ni puedo negarlo. También me he callado muchas cosas por no querer increpar a otros con mi punto de vista o con lo que creía era lo correcto, pero llega un día (siempre llega) en el que la forma de pensar va por delante y por encima de todo. 

Sé que a veces salto por asuntos por los que anteriormente no he dicho nada, pero creo que va de eso, de gotas que colman el vaso y nos hacen derramar todo lo que llevamos dentro. 

Con todo lo referente a la masculinidad y a la forma de ejercerla pasa lo mismo. Empiezas a interesarte por estos temas y luego no hay vuelta atrás. Un día estás riendo chistes chorras y a los pocos meses te descubres asqueado por ellos. El giro de 360º es repentino, porque vas abriendo los ojos y cuando has husmeado tu propia libertad, no puedes hacer como si no pasara nada.

Pasarán muchos años hasta que haya hombres que no tengan un “pasado masculino oscuro”. 

Lo primero es educar en igualdad, en libertad y con capacidad crítica.

Y no importa lo que hayamos hecho hasta ahora, lo que de verdad importa es lo que hagamos a partir de hoy. Eso es a lo que llamo responsabilidad presente.

Tenemos la obligación de atender nuestros actos de forma apropiada. Saber todo lo que sabemos hoy y seguir perpetuando la masculinidad tradicional, no me parece un acto responsable. 

Esto es lo que a mí me ha traído hasta aquí. El creer firmemente que no podemos seguir educando a las generaciones futuras como nos educaron a nosotros. Creo que debemos ejercer profundos cambios, porque de forma “natural” las cosas no se van a encauzar. 

Pienso que en pleno siglo XXI y con el nivel de conciencia que tenemos, no podemos seguir permitiéndonos ejercer una masculinidad tóxica que suele ir más allá de lo que nos viene a la cabeza de buenas a primeras (machismo puro y duro, violencia de género…), ¡NO! Se trata de mirar en global y de entender cómo nos estamos relacionando con el mundo.

Nos hemos vuelto individualistas hasta límites insospechados, ya no le tememos a la muerte, el materialismo inunda nuestras vidas y lo único que perseguimos es una satisfacción razonable y un confort social que nos permita pasar por este mundo sin que nos molesten demasiado.
Hemos evolucionado de manera que para muchos la supervivencia está asegurada, por lo que siento, pienso y veo que estamos obligados moralmente a ser responsables y consecuentes con lo que realmente nos sustenta: el planeta y todos los seres vivos que lo habitamos.

La soberbia y codicia nos han llevado en los últimos años a desarrollar una actitud de no-respeto hacia lo que nos rodea.

Despreciamos a las mujeres que han sido, son y serán fuente de vida. Despreciamos a sus hijos sometiéndolos desde la infancia.
Despreciamos a la naturaleza que nos ha dado hasta el día de hoy todo lo que necesitábamos para llegar hasta aquí.

Nuestra arrogancia en los últimos siglos mezclada con la insaciable necesidad de un control que confiere una falsa sensación de estabilidad y poder, ha hecho que gracias a los avances tecnológicos de las últimas décadas, hoy nos veamos al borde de un abismo por el que no queremos precipitarnos, aunque tampoco hagamos por alejarnos.

No se trata de culpar a nada ni nadie, no lo creo necesario, pero sí creo imprescindible modificar nuestra conducta, la forma que tenemos de relacionarnos, de movernos por el mundo, de transmitir nuestras creencias... Creo que tenemos la capacidad de revertir la situación existencial precaria en la que vivimos a través de la educación.


Con el objetivo de cerrar esta serie de retos/ejercicios, me gustaría pedirte hoy, como reto final, que trates de relacionar hasta qué punto la masculinidad tradicional está ligada con nuestra continuidad en la tierra y la vida que hay en ella.

Los pequeños gestos, las pequeñas iniciativas, todo aquello que a veces parece “poca cosa”, es lo único que nos puede salvar de continuar en una vereda dominante, desafiante y tan poco humanizada. Volver a conectar con ciertos valores es ahora más imprescindible que nunca.

Deseo que la suma de todas las acciones que has llevado a cabo estos últimos días, sirvan para plantearte cuál es el lugar que estás ocupando en esta sociedad y de qué manera lo quieres seguir ocupando.

Somos un pequeño gran ejército de hombres masculinos humanizados que ayudándonos los unos a los otros, conseguiremos cambios importantes.

Te sigo leyendo en los comentarios o por privado a través de hello@germansancho.com

Un fuerte abrazo y gracias por haber estado al otro lado. 


tu feedback me ayuda a mejorar
(<2min)

Con el objetivo de mejorar los 21 ejercicios/retos, te pido por favor que me des tu feedback rellenando este formulario.

Es totalmente ANÓNIMO.

Muchas gracias 😊

Siguiente
Siguiente

EJERCICIO 20 - apuntar antes de disparar